Un final, demasiado cruel.

En la vida, la edad nos va dando señales. Cosas que hace años hacías sin problemas, empiezan a causar transtornos. Frases como; joder que ardores tengo, vaya resaca no vuelvo a salir, o me ha dado un pinchazo en la espalda, empiezan a ser comunes. Eso si también tiene sus ventajas, te vuelves meteorólogo, con el clásico mañana cambia el tiempo, tengo un dolor de huesos. Y es que, aparte de la curva de la felicidad, no te queda un pelo de tonto... ni de listo. La edad no perdona.

En el deporte, ocurre lo mismo. Sarunas Jasikevicius ha sido, uno de los tres mejores bases de la historia del basket europeo. Es el jugador que tiene más Euroligas en su palmarés con cuatro en total. A ganado medallas con su selección, y ha ganado 8 ligas con sus respectivos equipos. Todo esto, siendo el líder o el segundo de abordo, de sus equipos. Y eso, que tiró dos años en la N.B.A. Ser europeo y llegar a la N.B.A. como líder es misión imposible. Y es que Saras era sobre todo eso, un líder. Aparte de su calidad, nos fascina su competitividad y pasión por este deporte. Creo que ha sido de los jugadores mas infravalorados por la masa social del baloncesto.
En este europeo él y su Lituania, empezaban a dar las primeras señales de lo que mencionabamos antes. La edad. Los síntomas; el palizón que les endoso España y la derrota con Francia. Aún así la calidad le llevó a ser considerada, después de España, como la favorita al título. Pero los síntomas eran reales. Y aunque la juventud en este eurobasket no viene con mucha fuerza, pocos o ningún joven ha destacado en el campeonato, el basket parece haberle dicho a Saras que esto ha llegado a su fin.

A cuenta gotas, nos deleitó con algún bloqueo y continuación, especialista en desarrollar esta jugada. Pero cuando los contrarios lo presionaban a toda pista, al bueno de Saras le costaba un mundo desarrollar la jugada. La derrota en cuartos con Macedonia, ante su público, ha sido un final bastante cruel, con el lituano.
Cuando ves ha jugadores como él, que le han dado tanto al baloncesto, sufrir los achaques de la edad, te entra un poco de nostalgia.
Espero verle pronto de entrenador, porque el basket necesita a muchos Jaskevicius.

Ačiū, Saras.