El exilio Yugoslavo.



En las dos últimas décadas hemos visto como los habitantes de los países del este de Europa, debido a la falta de recursos, han tenido que emigrar hacía otros lugares en busca de una mayor calidad de vida. En el baloncesto pasó lo mismo. Con la caída del comunismo, los jugadores de dichos países empezaron a salir buscando una mayor retribución económica en sus contratos. Estados Unidos, Italia, España y Grecia fueron los destinos de muchos de ellos.

Yugoslavia debido a su escuela baloncestista, la mejor del continente, ha sido el país que más ha nutrido al baloncesto europeo. Desde 1991 con la caída del régimen, los equipos yugoslavos fueron perdiendo peso en las competiciones europeas. Italianos, Españoles y Griegos compraban sus jugadores haciendo que a los equipos balcánicos les fuera imposible competir en la Copa de Europa. Las estadísticas lo reflejan; en la década de los 80, los equipos yugoslavos consiguieron 6 Copas de Europa, dominando la Cibona y la Jugoplastika con un baloncesto de una calidad técnica incuestionable. El último equipo balcánico que consiguió en título fue el Partizan de Belgrado, en 1991 con un triple en el último segundo del genial Djorcevic. Desde entonces no han vuelto a conseguir ningún triunfo. El dinero mueve montañas.

Pusimos el Partizan Belgrado,pero lo correcto sería decir, el Partizan de Belgrado y Fuenlabrada. Y es que no solo empezaron a exportar jugadores, también tuvieron que exiliarse sus equipos.
En 1991 estalla la guerra entre serbios y croatas. La Fiba a los equipos de dichos países les prohíbe, debido a la falta de seguridad, jugar los partidos de casa en sus respectivas ciudades. Si en Yugoslavia no se podía había que buscar otro país para poder disputar la Copa de Europa. Aquí se entró, en una puja entre Ayuntamientos, donde salieron vencedores Puerto Real, La Coruña y Fuenlabrada. Cada consistorio pagó alrededor de unos 25 millones de las antiguas pesetas, porque el Partizán jugará los partidos de casa en Fuenlabrada, la Cibona lo hiciera en Puerto Real y la Jugoplastika en La Coruña.

La historia la cuentan los vencedores. El equipo y la ciudad que quedó para el recuerdo, fue el Partizan de Fuenlabrada. La Jugoplastika no cuajo en Coruña, aunque era el equipo más conocido. Había ganado las tres últimas ediciones, pero se le marcharan sus mejores jugadores y no pudo pasar de la primera ronda. La Cibona en Puerto Real, aunque fue el que más tiempo estuvo, en total dos años, tampoco tuvo una participación destacada en la competición. Pero el Partizán, con jugadores desconocidos debido a su joventud, quedó para el recuerdo y caríño de todos los habitantes de Fuenlabrada. Los  Djorcevic, Danilovic, Obradovic o Rebraca, consiguieron ese mismo año la Copa de Europa. Fue el último título de un equipo Yugoslavo. Este echo hizo que en Fuenlabrada creciera el baloncesto hasta tal punto, que en dos años ya tenían un equipo en ACB.

En este documental que nos emite Informe Robinson, nos cuentan la pasión de un pueblo hacia un equipo que consideraban suyo, aunque no supieran nada de él. El mejor Partizán, el Partizán de Fuenlabrada.
Un triunfo, desde el exilio.



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