Isiah Thomas y sus Bad Boys.

Siempre se han usado las banderas  para identificar algo, para atraer a las masas. Cualquier reclamo que quiera encontrar adeptos, necesita una bandera y un líder. Aunque no soy muy partidario de las mismas, creo que en vez de identificarnos, lo que han conseguido es diferenciar a los seres humanos. Pero en el caso que vemos a continuación, si está legitimado su uso, ya que el fin era conseguir el campeonato de la NBA.

En la época de los 80 e inicio de los 90, los Detroit Pistons con su líder Isiah Thomas, buscaban el campeonato. No era la mejor época para la causa, en aquel entonces, reinaban los Celtics de Bird y los Lakers de Magic, dos de los mejores equipos de la historia. Para colmo empezaba a asomar la cabeza un tal Michael Jordan, con sus Bulls de Chicago, que presagiaba el legado que después tuvo.

 Se acuerdan de la canción " Soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor..." pues si la llevamos al mundo del baloncesto, a los Pistons de Detroit, les ha pasado algo de eso. Tuvieron que ser rebeldes.

Otros equipos que han conseguido campeonatos, no tuvieron que sufrir tanto para ello. Sus rivales no se lo pusieron tan difícil. A los Pistons en cambio, después de años intentando la complicada tarea de conseguir un equipo que pudiera competir con Lakers y Celtics, cuando lo logran, se encontraron con dos fatídicas jugadas que les privan de conseguir el anillo.
Semifinales de 1987, quedan 15 segundos para finalizar el partido, los Pistons ganan por un punto, el balón para los Celtics, Bird penetra pero las ayudas de los Pistons consiguen taponar el lanzamiento, el balón sale rechazado y en la disputa del mismo, un jugador de los Celtics lo echa fuera. Solo quedan 3 segundos y el balón es, en saque de banda, para los Pistons. El partido está ganado.  Solo con recibir el balón un jugador de los de Detroit pasaría el tiempo. Pero ocurrió lo impensable. Saca Isiah Thomas, Bird se anticipa a un jugador de los Pistons, roba el balón y le da una asistencia a Dennis Jonshon para que anote dos puntos. El partido acaba y son los Celtics, los que ganan el partido. Fue el robo de balón más famoso de la historia del baloncesto.
Al año siguiente, también pasaron por el calvario de ver la gloria a un paso y quedarse otra vez sin nada. En el último partido de la final contra los Lakers, los de Detroit ganaban por 3 puntos quedando un minuto de juego. Acabaron perdiéndolo y con él, la final. Una falta más que discutible de Bill Laimbeer a Kareem Abdul Jabbar acaba con todas sus esperanzas.

Cualquier otro equipo en estas circunstancias acaba por arrojar la toalla, se descompone. Pero lo Pistons no. Gracias al rencor y el castigo sufrido, se convirtieron en el equipo con mayor intensidad y agresividad en el juego, de la historia del baloncesto. Los siguientes dos años arrollaron en el campeonato, consiguiendo parar la escalada de los Bulls de Jordan y tumbaron a los Celtics y Lakers. Fue el rodillo de los Bad Boys.
Las famosas rotaciones que vemos en el baloncesto actual, empezaron con los Pistons de aquella época. Ese equipo consiguió entrar en la historia de basket. Os muestro un vídeo que refleja muy bien el espíritu de los Pistons, suban el sonido del ordenador, la música lo merece.

Su líder Isiah desarrolló toda su carrera en el equipo de Detroit, llevando al equipo de estar de los últimos de la liga, a ser un referente en la historia del baloncesto. Sus 25 puntos en las finales con los Lakers, en un solo cuarto y cojo, queda en la vitrinas de este deporte. Pero su competitividad y mala leche le pasó factura. Y es que ser un Bad Boy y hacer amigos es difícil. En 1992 le impidieron acudir con el Dream Team a Barcelona 92. Fue vetado por casi todos los integrantes del equipo. Una pena porque por méritos deportivos estaba más que justificada su presencia. Debió de ser duro para Chuck Dailey, su entrenador en Detroit y también del Dream Team. Hemos subido este documental a You Tube, donde nos cuentan la vida de Isiah y sus Bad Boys.